Todos quedamos electrizados con el primer Corrientazo. Convertimos medio Chandal en una especie de galería de sintetizadores y aparatos, donde podían verse una cantidad vulgar de palanquitas, cables y botones... pornografía de la dura!
Diego de León (la mitad de Befaco) fue el primero al ruedo; y puso a sonar su modular DIY, no sin antes advertir que aquello no iba a ser una ejecución con preteniones artísticas, sino una demostración de la funcionalidad y uso de su aparato. Y bueno, no nos quedó ninguna duda de para qué sirve, pues escuchamos un sonido muy pulcro, clásico y contundente, que hacía pensar en los grandes nombres de la electrónica setentera, tipo Kraftwerk o Moroder.A Diego lo relevó Ardiente Deseo, al mando de un set compuesto por el T-Resonator y la M_Brane de Jomox, el Nanozwerg, un teclado MIDI y dos triggers caseros, para usarse como interfaces de percusión. Tras algunos problemas con la ejecución del Live, salieron bien librados, y lograron componer un tema que conjugaba melodías ingenuas con ritmos selváticos y texturas industriales. Habrá que seguirles la pista, a ver si maduran la idea.
La sorpresa de la noche fueron Guadal y Jordi Julià, que se nos vinieron encima con una descarga inmisericorde de ruido áspero, machacón y envolvente, en constante cambio. Entre su nutrido arsenal destacaron el Thingamagoop, que escupía melodías aleatorías y vertiginosas o bramaba como un cruce entre Theremin y guitarra eléctrica, y el BC-8, que a pesar de su tamaño es capaz de producir una variedad impresionante de ruidos y sonidos.
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